Los médicos determinan que es un caso de eczema grave y le prescriben una pomada con cortisona. Al principio el enrojecimiento empieza a atenuarse, pero luego, una nueva pesadilla comienza: el cuerpo entero de enrojece y las lesiones aparecen peores que nunca. El pequeño necesita más pomada, pero la historia se repite.El enrojecimiento se atenúa levemente para luego volver mucho peor. Los médicos no saben cómo actuar. Su cabello empieza a caer y se vuelve menos receptivo.
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“Los médicos decían que no era el eczema,” cuenta su madre, Stéphanie. “Muchos médicos entraban y salían de la habitación. Vimos a un especialista que me dijo que yo lo envenenaba con mi leche y que debía dejar de dársela inmediatamente.” A los 5 meses, a se le presenta una erupción particularmente extrema que abre su piel. Lo llevan al hospital y recibe un tratamiento a base de cortisona. Su piel mejora, pero dos días después vuelve el enrojecimiento. El pequeño llora permanentemente.
